lunes, noviembre 26

Chispas de alegría.

A pesar de todo lo que habían dicho de él había algo dentro de mi que no podía creerlo y por más que me empeñaba en odiarlo mi esfuerzo era quebrantado por el recuerdo de sus ojos lacrimosos aquella noche en la cochera, las caricias y las palabras que provenían de su boca no eran las de un insensible hombre que solo le apetece juguetear, él no era el monstruo que ellos creían y me describían o al menos eso quería pensar.
Pasaron algunos días después de aquella llamada nocturna con la cual había decidido dejarlo todo atrás, por lo menos intentar olvidar o hacer como si ya no existieran esos sentimientos en mi, empezaba a darle la razón a mis amigos sobre lo que decían de él, necesitaba motivos para odiarlo y así fuera mas sencillo sacarlo de mi mente.
Era lunes por la mañana un día antes de mi cumpleaños numero 19, hasta ese momento todo iba viento en popa, Job y Gala solían acompañarme al trabajo, pasaban toda la mañana haciéndome desvariar, enojar, reír y brindándome los mejores recuerdo de ellos y ese día no fue la excepción. Como era de esperarse no paso mucho rato para que a Job su solitaria le dijera que necesitaba ingerir algo para apaciguar su apetito matutino así que él y Gala abandonaron el lugar en busca de algo para tranquilizar la gula de aquel animal. No hacia mucho de la ausencia de ambos cuando aquel personaje lleno de misterio y con ahora una verdad que se debía averiguar apareció en el lugar, firme como siempre, con la mirada puesta en mi, con esa apariencia de hombre fuerte e inquebrantable, que ocultaba algo más que su piel desnuda bajo esas telas que lo cubrían, algo más que apariencias, verlo ahí me asombro de tal manera que no tenía el aliento suficiente para decir algo y lo primero que me vino a la mente fue el recuerdo de que aun mantenía conmigo esa revista de artículos acerca de infinidad de cosas interesantes que le pertenecía a él, así que voltee a buscarla en el lugar que siempre se encontraba y se la entregue diciendo:
-Vienes por esto ¿No?
-Así es. - Contesto él acercándose hacia el mostrador para alcanzar la revista, la tomo y empezó a hojearla preguntando.
-¿La leíste toda?
-Sí. - Mis respuestas eran frías pues sentía que si hablaba más iba a terminar por reprocharle todo lo que me habían dicho sobre él y sus intenciones conmigo.
-Es interesante ¿Verdad?. - Parecía que ahora era él el que deseaba pasar más tiempo ahí y buscaba razones para no irse.
-Sí, algo. -
-Y ¿No quieres leer otra?. - Dijo mientras sacaba de su morral otra edición de la misma revista.
-No, gracias.- Me sorprendió aquella respuesta, ni siquiera lo pensé solo lo dije, sabía que debía dejar de verlo para de esa manera adormecer aquel latido desesperado.
-Mírala esta MUY INTERESANTE, además necesito una escusa para regresar...- Fueron suficientes esas palabras para que aquella explosión de sentimientos hiciera lugar en mi cuerpo, voltee a verlo y le dije:
-Mañana es mi cumpleaños, habrá pastel y no sé tal vez algo más, me gustaría que vinieras.-Fue quizás la emoción de escucharlo decir que necesitaba una razón para regresar la que me gano y por ello me apresure a hacer aquella invitación.
-No sé, no creo poder.- Escucharlo decir eso me desanimo pero no lo suficiente para dejar de insistir así que trate de persuadir su decisión.
-Anda habrá pastel.- Dije con una enorme sonrisa en el rostro esperando que aceptara.
-No sé, porque tendría que quedarme en tu casa ya que no hay camiones en la noche y tal vez no sea buena idea.
-Ya te has quedado antes y si no quieres te puedes ir a un parque.- Sonreí mientras lo miraba con un toque tierno pero a la vez algo indiferente.
En ese instante antes de lograr convencerlo llegaron Job y Gala con lo que parecía un desayuno prometedor.
Al verlo me miraron con admiración e hicieron un gesto de: "que hace él aquí" mientras se saludaban entre ellos. Después de algunos minutos de charla y risas entre todos yo y Luis nos alejamos de el lugar lo suficiente para seguir con aquella cuestión que me emocionaba hasta tal grado de sonreír sin planearlo esperando la respuesta.
-Entonces, ¿vienes?. - Mi cara se convirtió en la de un animal de esos que intentan convencer a la gente con ojos enternecedores y mirada encantadora, pero al encontrarme haciendo eso recordé lo que habían dicho Job y Gala acerca de él y sus juegos, inmediatamente cambie de gestos y termine por decir.
- Bueno como quieras, no estaré rogando tu presencia. - Me di la vuelta y empece a alejarme.
-Espera... - Me detuvo y volteo a verlo. -¿Te parece si te mando un texto al móvil de Gala para hacerte saber mi decisión?
-De acuerdo, espero tu respuesta y por ultima vez has todo lo posible para poder estar aquí, me haría feliz.
Nos despedimos de esa forma poco peculiar pero que en ambos ya era costumbre, nada de abrazos ni besos, no por el momento. Ambos regresamos a nuestros labores cotidianos pero en mi mente solo estaba un constante pensamiento que me hacía sonreír y dar pequeños gritos internos que solo lograban asomarse en mi mirada con aquel brillo que denotaba felicidad, una felicidad que no debía exagerar pues aún tenía que esperar la respuesta aunque creía haber logrado algo, el hacerlo considerar ir era ya una gran ventaja.

[Continuara...]

viernes, noviembre 16

Imprudente llamada

Era de noche, los tragos habían hecho su trabajo en mi, que buscando olvidar solo logre recordar, tome el móvil y marque su numero, en verdad no sabía exactamente que iba a decir cuando contestara pues la ultima vez que me hice presente en su vida le había dicho que lo odiaba tanto, en menos de lo esperaba la voz de él contesto del otro lado de la linea
-¿Bueno?. - Su voz sonaba tan sutil, escucharlo paralizo por unos segundos mi corazón y al segundo siguiente conteste.
-Hola... - Trataba de hacer un guion en mi cabeza, algo explicito que no requiriera de exuberantes palabras ya que no me sentía capas de poder mantener una charla tranquila por mucho tiempo.
-¿Quien habla?. - Su pregunta me puso nerviosa tal vez era la oportunidad de arrepentirme y colgar ya que aun no descubría quien era, pero fue demasiado tarde, mi cabeza y mi boca ya estaban desconectados.
-Soy Abril.
Ahhh, ¿Que sucede?. - Sonaba como alguien que es sorprendido a mitad de la noche repasando su día detalladamente.
-Ciertamente nada relevante... Solo llamaba para decirte que te extraño. - Como dije mi lengua se encuentra totalmente desconectada de mi cerebro así que las palabras provenían de sentimientos ahogados en alcohol, los cuales suelen ser más sinceros.
-¿Qué has dicho? pero hace unas semanas me habías dicho que me odiabas...
-Como puedes creerme? Como puedes creer que después de todo te podría odiar, si lo único que siento de verdad es que te quiero...
Un silencio de varios segundo se volvió eterno para ella, empezaba a dudar de lo que había dicho pero realmente en ese momento no lograba estar totalmente consciente de ello, el alcohol logro aflojar la lengua más de lo debido y después de un suspiro de parte de él...
-¿Has tomado mucho cierto?
-¿Acaso eso importa? Estoy segura de lo que estoy diciendo, sé que me puedo arrepentir al decir esto pero la verdad es que... TE AMO... ¿Tú nunca sentiste nada por mi? No me mientas, porque yo lograba ver en tus ojos algo más, porque esa noche que pasamos juntos tus labios morían por rozar mis labios, tu mirada, tus caricias en mi cara, todo aquello estoy segura que no eran por nada.
Paso no mucho y un susurro me contesto.
-Sí, sentí algo por ti, al verte mi corazón volvía a latir como hace mucho no lo hacía, pero lo hice por tu bien, no puede pasar nada entre nosotros.
-Aun no comprendo porque no te permites sentir eso que esta ahí adentro, prometería no soltar tu mano nunca, fundir mis labios con los tuyos cada que tengas miedo a seguir, compartir tus silencios y disfrutar cada palabra y risa que nazca de nuestras compañías, podría ser capaz de encontrar en tus ojos el lugar perfecto para soñar y no regresar a la realidad, en tus brazos descubrir los mejores instantes de felicidad, de eso y muchas cosas más estaría dispuesta a volver a creer si tu te atrevieras a  volver a amar.
-No sé Abril... las cosas no son tan fáciles, tú ya sabes cual es mi naturaleza y no es esa...

Muy a pesar de su contestación aquella noche jamás olvide sus ojos, sus labios, sus brazos, ni los momentos que juntos pasamos.

lunes, noviembre 12

Despedida apresurada

Fingí actuar realmente, decía pensar en alguien más cuando lo miraba a los ojos pero la única verdad es que no había nadie, solo él y su mirada fija, fría pero cautivadora, temía sonrojarme al verlo y entonces la farsa se fuera al suelo, pero lo hice bien, al menos ese día nadie sospecho nada, terminamos de ensayar así que ya era hora de marcharnos la noche no tardaba en tocar la puerta de las nubes, llegamos a la parada del camión estábamos los tres, Jenny, él & yo. Intentaba cruzar palabras con él, saber más sobre esa historia que moría por conocer, la historia de sus ojos que no podía descifrar y el intento fue vano, hice un par de preguntas todas ellas rechazadas
-¿Cuando cumples años?
¿Para que quieres saber? De todos modos no nos volveremos a ver al salir de la escuela.
-Porque quiero saber y no me daré por vencida...
De igual forma no te diré.
Esas palabras se impregnaron en mi memoria, me lo repetía a cada instante después de esa noche, tal vez temía encariñarme con él sabiendo que después de terminar su curso jamás lo volvería a ver, pero mi insistencia mental no logró su acometido, buscaba la forma de acercarme a él, pasar tiempo juntos, platicar, conocerlo, reír, estar en silencio sin sentir la incomodidad de la presencia y lo logré día a día, poco o mucho él se quedaba junto a mi, el tiempo siguió su rumbo, el cariño no cedió muy al contrario se engrandeció y él lo había notado, desde aquel día que encontró una nota mía tirada en la basura después de un arranque de coraje al escucharlo decir que yo no era nada para él y que nunca iba a sentir nada por mi, en ella delataba mis verdaderos sentimientos, confesaba mi amor por él, también narraba que no era algo que yo hubiera planeado simplemente se dio, ni él ni mucho menos yo esperaba todo esto. Después de esa nota las cosas cambiaron, me intimidaba verlo a los ojos, no podía sentirlo cerca porque la piel se estremecía, pero él había  dejado muy en claro todo "No pasara nada entre nosotros, porque yo no siento nada..." realmente no le creía sus ojos eran mis confidentes y ellos sabían que su boca mentía.
Llego el ultimo día, por fin terminaría ese juego de miradas que me había enamorado, no había nada más que decir solamente pronunciar las ultimas palabras y dejar marchar aquel individuo que en su peculiaridad me había enseñado otra clase de amor, aprendí tanto en ese tiempo, era quizás él primer hombre que en su presencia había hecho tanto por mi que ni él mismo sabía lo que había causado.
Ahí estaba él, parado donde siempre con su morral puesto apunto de marcharse, así que me arme de valor y lo dije
-Abrázame!
Es peligroso, demasiado acercamiento.
-Abrázame dije! será tal vez la ultima vez que nos veamos.
Dejo su carga en el banco y se acerco, lo voltee a ver y sin pensarlo dos veces más me arroje a sus brazos, me habían dicho que no sabía abrazar pero no pensé que lo hiciera tan mal, así que yo hice todo lo que pude para que el abrazo durara lo suficiente para nunca olvidarle, lo abrace tal vez sin fuerza pero suficiente cariño, tenerlo tan cerca unos instantes sabiendo que después debería dejarle ir. Nos volvimos a separar pero nuevamente solo fue físico esta vez me encontraba segura de que nunca lo iba a olvidar. 

jueves, noviembre 1

Contando esperaba olvidar

Disculpen mi desaparición realmente han pasado cosas en mi vida que me han llenado de motivos para escribir, para contarles a ustedes mis únicos confidentes todo lo que pasa por mi mente, he sufrido perdidas, desilusiones, enamoramiento e intento de des-enamoramiento todo esto me ha regresado aquí, a este lugar donde siempre tengo tanto que contar, he decidido escribir algo donde pueda desahogar todo esto que llevo dentro desde el primer día que mi vida se volvió trágica e interesante, emocionante e inolvidable, realmente es impresionante como la llegada de alguien inesperado puede llenar de magia una vida marcando su recorrido para siempre.
Hoy puede ser un buen día, de esos que sientes que las nubes te contagian de su luctuoso tono grisáceo, las notas musicales te animan a proyectar la emotividad de tu inconsciente y a la vez consciente corazón, el olor del lugar donde te encuentras te recuerda aquella vieja presencia y las imágenes intermitentes que aparecen en cada parpadear de aquellas cuevas donde hoy quedan esos luceros apagados que recuerdan su mirar.
Haciendo el recuento de los años hace bastante que no sentía ese doloroso crujir de sentimientos, emociones y muchas otras sensaciones que me hacían sonreír, hace algo ya que no sentía ese sofocante estrujó que ataca mi órgano vital, ese nudo en la garganta que no te deja hablar haciendo que cada palabra se convierta en un susurro al viento, puedo asegurar que ningún evento desafortunado anterior tiene comparación con el dolor de tu adiós.
Recordando los hechos ciertamente fue algo inesperado, en lo mínimo planeado... Un día al abrir la puerta del salón de clases se encontraba ahí sentado en la butaca que denominaba "suya" por el tamaño de ésta ya que era en la única que podía acomodarse a placer, hace días que no iba a la escuela, empezaba a darme pereza despertarme tan temprano pero ese día las cosas cambiaron. Él era alto lo suficiente para que mi cabeza quedara a la altura de su pecho y así poder escuchar su corazón al abrazarme a él, delgado casi rompible, ojos obscuros y penetrantes, sonrisa casi invisible pero mágica al descubrirse, cabello no tan largo pero siempre despeinado, usualmente llevaba puestos pantalones que parecían haber sido victimas de algún descuidado tropezón, realmente no era la persona más atractiva del grupo pero tenía alguna peculiaridad que atraía mi atención, y que decir de mi joven de estatura un poco más elevada que del promedio, de cuerpo ancho por no llamarlo de otro modo, ojos medianos pero cautivadores, sonrisa llamativa no exageradamente grande si no lo bastante para ser contagiosa, con atributos bastantes llamativos o "personalidad" como lo decía él, en decir verdad no era la adolescente más hechizante pero he de aclarar que a pesar de eso solía llamar la atención.
Había llegado tarde ese día así que me senté inmediatamente para acoplarme a el discurso que estaba dando el profesor, no duro ni 10 minutos su platica cuando ya nos estaba poniendo hacer equipos para un trabajo sobre el tema, no suelo acoplarme mucho en ese tipo de cosas así que planeaba hacerlo sola hasta que menciono que era obligatorio estar en uno para el ejercicio que debíamos llevar a cabo y bueno tuve que resignarme a la idea sin pensar en lo que me esperaba a causa de esa tonta tarea.
Escuche una voz que veía de la parte de atrás del aula era Sally...
-Abril.. ABRIIIL!!!
Y luego la voz de él, fue extraño nunca me había llamado por mi nombre, al voltear me encontré con su rostro y con el de ella, la pregunta era obvia, me llamaban a ser parte de su equipo y no teniendo otra opción tuve que aceptar su propuesta. Al poco rato ya estábamos reunidos preparando el tema, repartiendo responsabilidades y personajes (se me olvido mencionarles que el proyecto sería una pequeña representación teatral) y adecuándonos a los papeles que mejor nos identificaban.
Hasta ese momento no sentía esa conexión que existe el día de hoy...
Después de varios días de clases decidimos reunirnos el sábado por la mañana en un parque cerca de la casa de Sally para ensañar un poco antes de la exposición que tendría que ser el lunes por la mala suerte de Jenny al sacar la ficha con la cual se repartían las fechas de presentación.
Llego el sábado probablemente el primero de muchos que no olvidaría después, nos encontramos en el parque Sally, Jenny, Isaac, Luis y obviamente yo, pasamos alrededor de una hora tratando de empezar a ensayar pero el intento fue fallido así que decidimos pedir auxilio a alguien que supiera más del tema con lo que nos dirigimos a casa de Sally y fue ahí donde al fin logramos ensayar, escribimos un pequeño libreto con varias escenas y una serie de diálogos, adecuamos música y tiempos, pero lo que realmente marco el día fue esa escena donde por primera vez mire más allá de sus ojos, mi corazón se acelero, mi respiración se agito, tenerlo tan cerca a casi nada de tocar sus labios me puso nerviosa, sentir sus manos con esas suaves caricias que aunque fingidas eran cálidas, llenas de energía, un grito interrumpió el momento nos separamos pero solo fue físicamente porque desde ese momento lo he llevado muy dentro...
[Continuara...*]